Laboratorios europeos: ¡a la inevitable carrera biotecnológica!

Frente a la intensificación de los recortes en medicamentos y la caída de las patentes, los países emergentes representan la vía de expansión actual para los laboratorios europeos. Los gigantes farmacéuticos del viejo continente, tradicionalmente presentes en estos países, están mejor posicionados que sus competidores estadounidenses para sacar partido a este crecimiento. De hecho, según un estudio de Standard & Poor’s, a pesar de la disminución de las ventas en Europa occidental, el volumen de negocios de los laboratorios ha incrementado gracias a sus ventas en las zonas emergentes.

A día de hoy, ninguna empresa farmacéutica europea ha lanzado un medicamento patentado en estos mercados emergentes. Esta será la próxima etapa de su desarrollo. La implantación de estos productos dependerá de cómo evolucionen las leyes de propiedad industrial en China, India y Brasil. Estas todavía no están plenamente integradas en la legislación local o implementadas al 100%, a pesar de ciertos progresos en la protección de la propiedad intelectual. Frente a este problema, algunos laboratorios podrían entrar en el mercado primero con productos biológicos, más difíciles de copiar. Nótese que las moléculas clásicas están todas de camino a convertirse en genéricas y la mayoría de los medicamentos innovadores se concentra hoy en las empresas biotecnológicas. Más allá de nutrir globalmente su cartera de nuevos productos, las inversiones masivas en las biotecnologías permite a las grandes empresas farmacéuticas consolidar a medio plazo su posición en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica).

I+D: entre externalizar y colaborar

Durante mucho tiempo, la industria farmacéutica ha conservado a nivel interno todas las etapas de creación de un medicamento, desde la investigación inicial al desarrollo clínico y la producción, incluyendo el diseño del envase, el marketing y la comercialización. Para hacer frente a estos costes, cada vez más elevados ante unos resultados inciertos, algunas empresas prefieren reestructurar su I+D (abandono de ciertos campos terapéuticos, reducción del número de países en los que se realizan ensayos clínicos…). Otras prefieren externalizar sus actividades de I+D en los primeros estadios de desarrollo de los tratamientos asociándose con empresas biotecnológicas y centros académicos. Con estas nuevas estrategias, las grandes empresas del sector se liberan de algunos de los riesgos inherentes a estos desarrollos al tiempo que ofrecen a las jóvenes empresas biotecnológicas nuevos recursos de financiación y mayor independencia.