Los nuevos aliados de la salud

Regiones en medio rural o montañoso, carreteras inexistentes o intransitables: el suministro de material médico o medicamentos en las zonas más apartadas es un problema que afecta a muchos países. Cerca de 750 millones de pacientes en todo el mundo tienen un acceso restringido a las infraestructuras de salud. Los drones, utilizados desde hace varios años en el ámbito militar y, más recientemente, en el comercio electrónico, ofrecen una solución. En el ámbito de la salud, resultan eficaces al permitir la entrega de medicamentos y material médico.

En 2016, Ruanda inauguró su primera base de drones cerca de Kigali, la capital. A una velocidad que puede alcanzar los 70 km/h, los drones entregan 150 bolsas de sangre cada día a los centros médicos rurales. A la vista de los resultados positivos de esta operación, se decidió crear una segunda base en 2017 ampliando así la cobertura a la totalidad del territorio ruandés. También el año pasado experimentó en India el transporte de corazón mediante drones. Estos permiten prescindir de los lentos trayectos por vía terrestre, que dependen del tráfico denso de las megalópolis o de las carreteras intransitables en medio rural. Cada minuto es vital para los pacientes a la espera de un trasplante. El éxito de un trasplante depende en gran medida de la calidad del injerto y, por tanto, de la rapidez de transporte del órgano después de su extracción. Reducir el plazo de entrega de los órganos más frágiles es el reto que India ha asumido.

El último país en sumarse a este proyecto es Tanzania. Con menos de un médico para 1000 personas y solo 5640 centros médicos para una población de 56 millones de habitantes, el acceso a la sanidad no es nada fácil. Para hallar una solución, el país se dispone a crear la mayor red de distribución de medicamentos mediante drones. En 2018, unos 120 drones podrán realizar hasta 2000 entregas al día, de vacunas, medicamentos y equipos de transfusión sanguínea. Se instalará el primero de los cuatro centros de distribución en Dodoma, la capital. Cada centro dispondrá de 30 drones que harán las entregas en un radio de 100 millas (160 km).

Aunque las ventajas de los drones están claras, quedan importantes retos por superar en Europa. La estricta normativa que regula el tráfico aéreo es uno de ellos, pues requiere la asignación de pasillos aéreos e impone autorizaciones y formaciones especiales. La seguridad es también otro gran motivo de preocupación. Ante los posibles accidentes de drones (redes eléctricas aéreas, fallos mecánicos, etc.), de momento se les deniega regularmente el sobrevuelo de zonas habitadas. Sin embargo, el Parlamento Europeo armonizará en breve la legislación sobre su uso.