Anamorfosis, ¡por el Amor del Hombre!

Flexmag07-P-PeyretEntrevista con Pascale Peyret, fotógrafa y artista plástica

El 10 de octubre pasado, París celebraba por doceava ocasión la Noche Blanca, evento dedicado a la cultura y al arte donde todo es posible… En la nave de la iglesia Saint-Merry: bolsas de perfusión, esquejes de Tradescantia, agua, luz y cantos… Les presentamos a «Anamorfosis», escultura viva de Pascale Peyret. Esta artista, oriunda de Lyon, vive y trabaja en París. Hemos ido a verla a su taller del distrito 10.

Flexmag07-Profils-Anamorphose02Sylvie Ponlot: Para aquellos que no pudieron visitar la exposición, ¿puede contarnos qué es Anamorfosis?

Pascale Peyret: La obra estaba formada por marcos de madera que componían células vegetales suspendidas en la bóveda de la iglesia. Hicieron falta 17 km de hilo de nylon para colgar 1 100 bolsas de perfusión llenas de agua. A la luz de bombillas led, podían verse esquejes de Tradescantia saliendo de ellas. Las bolsas, colocadas en espiral ascendente, se elevaban entre 50 cm y 2,50 m de altura, como una cadena de ADN. Había armonía entre la instalación y la iglesia, las células vegetales y el rosetón, las plantas y el friso de motivos vegetales.

SP: 26.000 personas acudieron a visitar la exposición. ¿Cómo la acogió el público?

PP: Por la noche, el conjunto se transformaba en bóveda estrellada. Era mágico cuando los visitantes se apropiaban de la instalación. La gente tocaba las bolsas. Una visitante, cantante profesional, cantó hasta en dos ocasiones. Un joven quería bailar y un miembro del equipo tuvo la idea de pegar bombillas led en su camiseta. El resultado fue fantástico. Y, bueno, ¡el boca a boca ha tenido mucho que ver! Fue la obra más visitada durante la noche.

Flexmag07-Profils-Anamorphose01SP: ¿Por qué eligió esta planta en concreto?

PP: En Francia se la conoce como «miseria», pero la Tradescantia es símbolo de buena suerte en España. Allí la llaman «Amor de hombre». Un símbolo bonito, que ilustra bien nuestro trabajo en la montaña durante 10 días, con la ayuda de siete personas sin hogar acogidas por la asociación Aux captifs, la libération. Participaron con una asiduidad ejemplar para hacer realidad Anamorfosis. Queríamos implicarles para devolverles la autoestima a través del arte. El arte es una pasarela, es un método curativo. Si no nos comprometemos con lo que hacemos, si no sabemos de qué color queremos colorear el mundo, nuestra vida… entonces nos estamos perdiendo algo. Nos quedamos sin nada que decir. Esta obra es la expresión de un auténtico vínculo social, el de mi compromiso.

SP: Un gran éxito para una instalación efímera, ¿no?

PP: En realidad estuvo abierta hasta el 17 de octubre, Día Mundial del Rechazo a la Miseria. Luego procedimos a «dispersarla». Cada visitante pudo llevarse su brizna de Amor de Hombre. Las luciérnagas se diseminaron por la ciudad, llamando la atención de los transeúntes. ¡Anamorfosis metamorfoseada! Me han llegado muchos comentarios que reflejan la dimensión humanista de la obra. Los discursos sobre el rechazo de la miseria, los gestos de transmisión –los siete voluntarios de la asociación entregaban cada luciérnaga – y el banquete que compartimos todos juntos han inscrito a Anamorfosis en el tiempo y en el espacio. Todavía hoy me escribe la gente contándome los progresos de sus retoños de su Amor de Hombre.

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   Anamorphose                  La dispersion

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